Hoy en día no hay desafío más importante
que el de abordar nuestras diferencias.
WILLIAM L. URY
“EL CÍRCULO”SALA DE ARTES ESCENICAS DE TIRÚA. EPACIO DIALÓGICO
Ante el desafío de proporcionar una propuesta estética para Tirúa, el concepto meramente funcional y neutro de caja negra ya no nos convoca.
Por un lado, la escasez de recursos nos urge a optimizar al máximo los espacios públicos de expresión.
Por otra parte, nuestro tiempo nos apremia a contribuir a la creación, consolidación y mantenimiento de una cultura del diálogo y del respeto entre los individuos, los grupos, y las comunidades. Hoy más que nunca, escuchar al otro y aceptarlo en su diferencia, mirarnos a los ojos y reconocernos, humanos y vulnerables, es de una necesidad imperiosa. Sólo la comunicación activa y constructiva hace al entendimiento y la cooperación, y a una nueva revolución del conocimiento: esta es la tarea que nos convoca y es a lo que apelamos con este proyecto, que denominamos “El CÍRCULO”.
Nos inspira la identidad de la comunidad que lo acoge. Las instancias de conversación son muy importantes en la cultura Mapuche y se manifiestan en muchas de sus ceremonias y rituales, y es de las prácticas comunitarias del pueblo Lavkenche de donde tomamos la manera más natural de dialogar e intercambiar experiencias, EL CÍRCULO.
El CÍRCULO propicia una atmósfera de texturas, sensaciones y emociones que nos predisponen a abrirnos y conectarnos entre nosotros, invita a volcar nuestras almas en un lugar que evoca la seguridad del espacio sagrado. EL CÍRCULO es potencia social y locus dramático de convivencia.
Buscamos generar un espacio que provoque ganas de compartir. Nos proponemos revelar la alegría de coexistir en armonía por medio de distintas expresiones dialógicas como el teatro, la danza, la música, entre otras, que convocan a diluir las fronteras entre generaciones, que permiten a los jóvenes reencontrarse con sus mayores y aprehenderse en las historias que nos atraviesan. EL CIRCULO acoge y convoca a actuar esto de vivir con el otro.
LO URBANO
Además de que expresa el simbolismo de los aspectos cíclicos intrínsecos a la cultura que nos convoca y del programa cultural, encontramos que esta geometría permite una mayor flexibilidad en términos de orientación y emplazamiento.
EL CÍRCULO está pensado para catalizar la vida urbana de Tirúa, agregar valor y encajar en el vecindario circundante, por un lado, y también para establecer un nuevo eje de penetración, en yuxtaposición al actual ordenamiento ortogonal de la traza urbana en el nuevo centro cívico de la ciudad.
Su emplazamiento actúa como conector entre lo privado y lo público, que se comienza a consolidar en esa manzana. Este nuevo eje está centrado de acuerdo con la cosmovisión Mapuche en dirección a la salida del Sol. De este modo, EL CÍRCULO, actúa como una rótula simbólica y funcional entre los vecinos y la comunidad, entre los niveles diversos, articulando e integrando segmentos disociados del lote con las vías urbanas que lo rodean.
Está concebido como una estructura con cuatro frentes, entre los cuales el Oriente es el que ordena y rige el uso de los espacios físicos y geográficos y genera un nuevo punto de referencia en la traza urbana de la ciudad. Redefinimos así el Centro Cívico de Tirúa integrando la Biblioteca, el futuro Ed. Consistorial, la plaza, con los movimientos peatonales del vecindario y las vías de circulación peatonales y viales.
Simbólicamente, EL CÍRCULO reactiva el contexto dialógico ancestral propio de las culturas originarias, aquí predominantemente Lavkenche. El acceso principal está orientado hacia el Puelmapu (Oriente, donde sale el sol); una gran escalinata con rampas incorporadas y árboles nativos conecta la calle elevada Fresia con el espacio inferior (futura plaza), la Av. Guacolda y Edificio Consistorial. De esta manera, el entorno exterior alienta a la comunidad a abrazar la variedad de espacios públicos, escaleras y proximidades que promueven la actividad y animan el barrio cuando el edificio no está en uso.
Los exteriores propician la conectividad peatonal, también con el callejón entre la Biblioteca y la Escuela E. González. Esta escalinata configura gradas, como un anfiteatro público que se expande hacia la futura plaza inferior propiciando aconteceres urbanos. La fachada sur, por calle Fresia, se retrae armando un asiento que da cuenta del interior, adaptándose a una especie de galería transparente amable al peatón y contenida por dos volúmenes de madera, uno a cada lado, de altura más baja, que se adapta a las construcciones existentes y la escala vecinal.
Hacia el norte de EL CÍRCULO, su gran segunda piel se transforma en un alero que protege del sol y de la lluvia, y se abre desde el interior hacia la gran plaza que comparte con el futuro edificio consistorial. De esta manera, el interior dialoga con el exterior, transformando los roles de espectador y espectáculo desde las distintas direcciones. Este lugar puede abrirse a eventuales festivales de verano y actividades urbanas masivas.
EL COSMOS Y LA DIMENSIÓN VERTICAL Y HORIZONTAL
El CÍRCULO reconoce las dimensiones vertical y horizontal de la cosmovisión Mapuche. La vertical, por un lado, con representaciones espaciales articuladas en torno a referentes naturales como el mar, el río Tirúa, el sol y la estrella en la cúpula del proyecto, y los ejes de la parrilla y puente de maniobra desde donde se cuelgan los focos y sonidos. Por otro lado, la dimensión horizontal se aprecia en la orientación del proyecto, que se apoya en los cuatro puntos cardinales.
Concebido para las artes escénicas y la cultura, EL CÍRCULO, con su programa cultural y su impronta arquitectónica, reconoce la posibilidad de encuentro y de diálogo a través del arte con el sentir profundo del territorio, proporciona un lugar en el mundo que se levanta sobre cimientos ancestrales y re re-construye en diálogo con el espectador, para que sea la propia comunidad de Tirúa la que transforme y resignifique EL CÍRCULO como espacio atemporal y unificado.
El orden circular está en la vida del ser humano y en la naturaleza tanto a nivel micro como macro. Una flor, el sol, la luna, la tierra, el sistema solar y la célula parten de la figura circular con un punto central desde el cual se organizan su orden y sus ciclos. También es el elemento esencial en la cultura Mapuche. Está presente en situaciones diversas, y creemos que es la geometría más pertinente y natural para organizar y estructurar los espacios de este proyecto de gran significación cultural y social. El Wall Mapu también se concibe como una estructura circular organizada por los puntos cardinales Meli Witxan Mapu, tanto en la forma de relacionarse como también en la morfología de elementos simbólicos. Los círculos y semicírculos los encontramos en las rogativas, en la espacialidad del Guillatún y en la orientación del ritual de baile Purn. El círculo se vincula al concepto de igualdad, por ejemplo, como el Lof transmite el conocimiento. También están presentes en los espacios comunitarios a través de los ritos públicos, y en la Ruka, entre otros.
CICLO, CIRCULACIÓN Y ORGANIZACIÓN DE LOS ESPACIOS
La fluidez y organicidad de los espacios arquitectónicos se organizan alrededor del CÍRCULO, vibrante y pulsante, se moldea siguiendo líneas curvas como aspecto central de este universo interconectado donde cada acción, por más insignificante que parezca, repercute en todo. También la arquitectura afecta al ecosistema, forma parte de un todo entrelazado e interdependiente capaz de regenerarse en un movimiento continuo e infinito. Esto queda plasmado en la circulación interior que bordea y circunscribe el patio de las butacas permite al espectador transitar de manera circular por el perímetro conformado por una estructura de hormigón armado, y una cubierta de vigas de madera laminada arma el pasillo desde donde se accede a los distintos recintos del teatro.
Ese recorrido perimetral abierto cenitalmente delinea y evidencia los ciclos de la naturaleza que transcurren a través de un proceso secuencialmente definido, ordena el tiempo en que el espectador permanece en el recinto; la vivencia progresiva, continua y gradual de las curvas suaves que hacen vibrar y girar las superficies delimita la concurrencia. Finalmente, esta experiencia conforma un ciclo, un concepto muy arraigado en la cosmovisión Mapuche, que es lo que comanda todo el proyecto.
EL ESCENARIO y PATIO DE BUTACAS
Su imagen totalmente central es un núcleo magnético para el espectador. La audiencia envuelve a los artistas. El diálogo que se crea entre la audiencia y los artistas produce un fuerte impacto emocional y permite una nueva experiencia, una nueva conexión. El foco se precisa sin importar desde dónde se mire. El escenario es de 11,30Mt de diámetro. Formalmente es una representación de simetría cíclica. Una imagen con un centro definido organizada en 4 ejes donde se ubican los accesos del público y completamente alineados con los puntos cardinales. Los ejes dividen los asientos en 4 zonas. 3 de ellas contienen asientos retráctiles, ampliando el área del escenario, que además es adaptable para realizar variadas configuraciones. La flexibilidad del diseño permite la más amplia gama de eventos; y posibles configuraciones Una cuarta zona del cuadrante contiene sillas removibles para posibilitar que la sala se abra hacia la meseta publica orientada hacia la plaza de atrás.
Este tipo de escenario, posibilita la percepción unitaria del espectáculo, los elementos incompletos que se convierten en completos.
Todas las butacas se ubican dentro de una figura circular de 9,5m de diámetro con capacidad para 260 asientos y está organizada concéntrica y simétricamente en varios niveles visuales. Esta forma de vivenciar las manifestaciones artísticas no solo elimina las barreras jerárquicas propias de los teatros clásicos con un delante y un atrás; además permite trascender al individuo para construir una conciencia de unidad y conexión visual entre espectadores y espectáculo.
ESTRUCTURA
Se trata de una edificación de tres niveles, de sistema estructural mixto. La Sala Principal posee una estructura cilíndrica conformada de hormigón armado a base de muros, pilares y entramados. Los volúmenes laterales se estructuran con columnas
y vigas de acero y tabiquería de madera. Las fundaciones corresponden a una viga corrida de fundación. La estructura de techumbre está compuesta por vigas de madera laminada concéntricas unidas por un anillo de compresión y otro de tracción.
MATERIALIDAD Y PIEL
La fachada norte es teatral y arma una cortina o piel exterior. Ésta hace de puente entre el interior y el exterior haciéndolo más accesible y democrático, también apela al simbolismo de la paja de la RuKa que como material temporal muestra los efectos del tiempo. Crean una fachada fluida de volúmenes suaves, líneas sinuosas y permeables que configuran parasoles o voladizos. Así el proyecto se expresa con la presencia de materiales familiares, atemporales que, -al igual que los paneles estructurales de madera laminada y revestimiento cálidos, otorga al edificio un carácter universal y atemporal.